Earl Groce se considera afortunado, a pesar de su diagnóstico de cáncer de páncreas en estadio IV. Las razones: recibió el diagnóstico rápidamente e ingresó en un ensayo clínico.
Cuando Roxanne Waling descubrió que tenía cáncer de páncreas, se sometió a pruebas genéticas. Supo que era portadora del gen BRCA2, lo cual influyó en las decisiones sobre su salud posteriores al tratamiento.
Marisa Harris recibió un diagnóstico devastador de cáncer de páncreas en estadio IV. Ella recurrió a su fuerza interior, al igual que a la quimioterapia, y llegó a ser una sobreviviente a largo plazo.
El médico de John Moisan notó que había perdido peso e insistió para que se hiciera una tomografía computarizada del abdomen. La insistencia de su médico salvó la vida de John porque encontraron un tumor pancreático.
Yolanda L. Jackson le prometió a su médico que se haría una tomografía computarizada del tubo digestivo. Por esta razón, pudo recibir un diagnóstico temprano de cáncer de páncreas.
Mike Levine cambió de oncólogo para encontrar una quimioterapia que funcionara para su cáncer de páncreas. Después pudo competir en el triatlón Ironman.
Leonora Kaufmann confió en su instinto sobre el cáncer de páncreas. El diagnóstico en estadio I le dio la oportunidad de sobrevivir.
Cuando a Camille Moses le diagnosticaron cáncer de páncreas, se dio cuenta de que necesitaba un médico con una actitud que le demostrara que podía derrotar la enfermedad.
La entrenadora ejecutiva Judith Glaser potenció sus tratamientos de quimioterapia y radiación con la energía sanadora de amigos, clientes y colegas.
Joel Weiss tuvo que viajar desde su hogar en Toronto hasta la ciudad de Nueva York para recibir el tratamiento que quería para el cáncer de páncreas.